Dama de la Noche

Dama de la Noche.

Bajo el peso de mis pasos
desde el lunes al domingo
sigo el camino de la noche
que pasa por la morada
del sexo que se ofrece.
Esquivando el acoso de hijas
y mercaderes del placer
siempre he pasado incólume
por esos avatares del deseo.
Te ví al final de la penumbra,
pude ver tu cara de niña,
trémola y arrepentida
con la inclemente máscara
de una vendedora de amor.
El diálogo fué una mera rutina.
Tú, confundida como siempre.
Yó, muy sorprendido.
Un encuentro cruel del destino.
No pude comprar tus amores
por el precio de unas monedas.
No pude ofrecerte un cigarro.
Egoista, nada tuve tampoco.
No busco sexo ni amor, ni nada.
Cansado de caminos trillados.
No ando buscando pellejos
ni para dárselos a mi perro.
Pero hoy, sigo el camino a casa
llevando una herida en el alma
por haberte encontrado
en el lodo de la perdición.

Un encuentro casual en mi camino a casa durante la noche después de la jornada de trabajo: 20 de Mayo del 2007.