¡Donde todo comenzó...!
Apolonia Sarabia, mujer trabajadora y brava, de voz fuerte y autoritaria, mandona y bragada, de recia personalidad y orgullo,campesina sin tierra, de piel morena tostada por el inclemente sol subtropical del Rosario, Sinaloa, trabajó hasta el último de sus dias de vida cultivando la tierra fértil de humus que el Río Baluarte dejaba durante sus crecidas, y le dió su nombre “La Polonia”al pedazo de tierra frente al antaño caudaloso río donde construyó su casa para espantar los aparecidos y diablos que le dieron el encanto misterioso a ese bello rincón de mi campiña Rosarense. De miedo no era porque no le importaba usar su vieja carabina 30-30 para defender lo propio de los gandallas de esos tiempos, hubo algunos que salieron descolados por atreverse a retarla.
Al fondo el majestuoso Cerro El Yauco y el Río Baluarte bajo el Puente.
Aquel viejo Huanacaxtle junto al camino ya no existe pero sus descendientes hoy emergen hacia lo alto para continuar el encanto de ese lugar místico. Tampoco se escuchan en la noche los chapuzones de los caimanes o las iguanas decian otros. Las leyendas de los cantos del diablo en sus alturas ya no se escuchan, se fueron contigo. ¿Acaso eras bruja como algunos comentaban?
Recuerdo las contadas ocasiones viniendo de la Loma Blanca de la casa de mi tía Guadalupe Sarabia , tu hermana, en que a la zaga de mi padre sentía escalafrios al pasar por ese árbol enorme, añoso y frondoso. El valor venía a mi alma al ver la tenue luz de la cachimba en la casa de Apolonia.
Aquellas tertulias por la adquisición de un pedazo de tierra de los terratenientes Rendón y Rodríguez eran a todas luces de valor por el poder de esos caciques.
Mi tío Rosendo Sarabia , tu sobrino, Raymundo “Chaparrin”Alcaraz y su Chenta, Cande , Martín Chavarría y familia , los padres de Marina y Malena, los padres de Miguel Angel Rosales y otros que escapan a mis recuerdos de la vecina Urraca , en el recodo del río, eran tus cercanos contactos y compañeros de ideales. Chabela “La Zarca”, esposa de otro pariente, dueña de la Huerta de Mangos era otro personaje importante de esos lugares. A mi memoria viene aquella desaparecida escuela primaria de la Urraca donde daba clases el llorado político y amigo Enrique Silva; recias eran nuestras burlas cuando en mis pintas escolares junto a mis amigos Maximiliano “Chimiano” Rios, Guadalupe “El Bañado”Lopez, Alberto Contreras de la Rosa, Manuel y Jesús Peralta lo encontrábamos dando clases acostado en la hamaca.
La vista de la Sierra de Picachos en la Sierra Madre Occidental enfrente de lo que fué su humilde casa siempre ha sido un espectáculo maravilloso, alucinante y atrayente. Me imagino que eso la inspiraba y motivaba a seguir adelante en el duro camino de la vida cada vez que aspiraba su sempiterno cigarro Excelsior.
Aguerrida y segura como pocas mujeres heredastes tus genes a las mujeres Sarabia y demás descendientes. Hoy creo verte tía Apolonia en muchas de ellas; firmes, trabajadoras ,inteligentes, persuasivas, de “huevos”, casi heroicas demuestran que el matriarcado es el que lleva los “pantalones” en la familia y la sacan adelante.
Mi tía se ha ido para siempre fisicamente, ni su casa ha respetado el padre tiempo pero su lugar ahí permanece en “La Polonia” inarcesible para muchos y la llevamos en el fondo del corazón.
¡Gracias Tía Apolonia Sarabia por darnos esa fuerza
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