Sunday, January 08, 2006

El Pasito Sonorense

El Pasito Sonorense.
Paloma, no me quiero involucrar
pero esta historia merece ser
cantada por los finos juglares
de la orgullosa senda maquilera.
24 de diciembre 2005, Navidad,
las dos de la tarde en la Guarida,
Colonia Las Torres en Nogales,
Sonora.
Todo propicio para un brindis:
alzamos las copas hacia el cielo
y juntos cantamos al unísono:
“Salud mi Chuco, Salud mi Cala.
Feliz Navidad, te deseo lo mejor”
Entre tragos y risas recordandoa
los amigos ausentes y sus vidas,
una lujosa Van Violeta se aparece
y se detiene briosa ante el portón.
Curioso el Chuco se apresura a

recibir al ignoto personaje,
las piernas le temblaban,
creía ver al suegro de Polvojoa,
nervioso con el alma en vilo,
no se daba cuenta quién era
sino nuestro amigo y compadre
el gran Jorge de Miguel Negrete.
No lo conocí al instante pero
luego, repuesto de la sorpresa,
efusivo lo abrazé y le pedí
disculpas por no reconocerlo.
Pasado el estupor, volvimos
a la tarea inconclusa y,
¡Salud Compadre por la dicha
de verte y tenerte a nuestro lado!
Más tragos y vamos al reporte,
porque el Mandil es primero.
¡Eso no pasa de Moda nunca!
Vamos a saludar a la Comadre,
allá por las Casas Palenque.
El Junior sale airado reclamando:
“Donde chingado andabas,

te llevas la Van y no avisas”.
El compadre responde sereno:

¡No se me alebresten mulas
que estoy con mi compa Cala y
mi estimado amigo El Chuco!
Bajo nubes agoreras de tormenta
saca el permiso y vamos por más
cervezas y de retache a la Guarida
pa seguir festejando el encuentro.
Tres hijos y una esposa se quedan
maquinando por la felpa dada por
un Padre y Machito redimido.
Puede ser por mí o el Chuco pero

andado con Lobos a aullar aprendes.
¡Para que te de envidia Pepe Aceves!
¡Goyo, vente acá con los machitos!
!No hay pago de inscripción!
La reunión se llenó de recuerdos
y anécdotas de los tiempos idos.
Pinchi celular, como sonaba.
¡Que ya me voy!¡Todavía no es tiempo!
las respuestas se cruzaban.
Con pesar y justo lo acordado,
llegó la hora del despido y tiempo
faltó para platicar de los amores.
A bordo del petirrojo, calmados,
llegamos a Palenque contentos y
volteamos a la Vinatera del Compadre.
Ni chanza de ejercer los buenas vibras
cuando una jauría de hijos estudiados
pero airados se nos vino embravecida.
A punto estuvieron de golpearnos.
Gritos, insultos ,retos, por doquier.
¡Chuco!, vamonos, a correr-le dije!
No me vió y tomé la iniciativa,
pinté mi linea amarilla por la
Higuerillas y me detuve en la 16 C.
Sin aliento me regreso por el Chuco .
Veo venir al petirrojo y me subo.
Pícale le digo, hay viene la patrulla.
Cosas más ó menos pero así pasó;

suerte le deseo al Compadre y
no es broma, la va a necesitar.
Los versos de esta historia navideña
iluminan las lagunas de una peda
y el “secuestro” consiguiente.
No te dejes compadre, acuérdate que
Primero Uno, Después Uno y luego Uno.
Al infierno la tiranía de los hijos .
No quiero ser malora pero te invito
al Club de los Decepcionados para
cambiar la vieja por una nueva

...y buena.
Sólo ponte en contacto con el Chuco,
él sabe cómo. ¡El es él maestro!
Paloma la vimos dura, por poco al bote
y sólo por festejar con al amigo.
Vuela ,vuela Palomita...
No le digas ,nada a nadie...,

se me cae la cara de verguenza,
pero un Machito Duranguense,
baila un pasito Sonorense.


( Dedicado a los amigos Cala,Chuco, Goyo , Jorge y Pepe: las inolvidables vivencias de una pachanga Navideña en el 2005)

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