A mi madre.

A mi madre.


El ruido de mis pasos cortos
sobre la tierra yerma y seca
resuena sonoro y molesto,
perturba mis pensamientos
en mi solitario regreso a casa.
Las estrellas me iluminan
no siento miedo de los diablos
ni de las almas ambulantes.
Los perros ladran a lo lejos
voces y gritos se escuchan.
Veo las huellas del sendero,
camino sin prisa y sin miedo.
Las ideas vienen y van,
se arremolinan en mi mente.
Paso tras paso me encamino
hacia el calor de mi hogar.
Aquella figura bajo el dintel,
el tiempo pasa raudo sin sentir,
mi Madre me espera procupada.
¿Dónde estabas? ¿Que hacías?,
percibo alarma en su voz…
Aquellos tiempos se han ido.
Hoy, nadie se preocupa por mi.
Si vivo o muero , no importa.
Extraño aquellos tiempos,
quizás no supe valorarlos.
Madre, gracias por cuidar de mi.
Donde estés, no me quites
un ojo de encima.
Cuídame , como cuando era
un tierno bebé en tus brazos.
Madre, te extraño, te quiero.

A mi Madre que viaja por el Arcano después de la vida.