Mi 2 de Octubre de 1968 que nunca olvidaré.

Ya habían pasado más de 50 años desde el inicio de la Revolución Mexicana en 1910 y no sé miraba que la condición de los pobres del México fuera a mejorar. El PRI se decía heredero de esa gesta y había acaparado la vida política nacional. La corrupción era el deporte favorito de los gobernantes emanados de ese partido. Por todo el país se habian desatado represiones a quienes elevaban sus peticiones de justicia y progreso.
Campesinos, estudiantes, obreros, profesionistas y otros mexicanos permanecian injustamente en las cárceles por sólo exigir al gobierno el bienestar para el pueblo.
El triunfo de la Revolución Cubana en 1959 había abierto una nueva luz de esperanza en muchos mexicanos que queriamos mejorar nuestra calidad de vida.
El Sol del Pacífico de Mazatlán, Sinaloa publicaba los fusilamientos de enemigos del nuevo régimen establecido en Cuba.
Mi padre decía que algunos tenían que morir para que otros vivieran mejor.
Ya era un hecho que para gente cómo mi padre y otros la esperanza de mejorar con la Revolución Mexicana se había esfumado y buscaban otras alternativas.
No recuerdo como pero logré conseguir que mensualmente me llegara la Revista de Información de la Embajada de la ex-URSS y así leer sobre los avances de lo que era la segunda potencia del mundo. Engels, Lenin ,Marx, Stalin , Trotsky y otros llegaron a ser personajes familiares para mi y me interesé por la lectura de sus escritos.
La vida transcurría entre muchos sacrificios y tuve que moverme a la ciudad de México para iniciar una carrera.
Me ví en la necesidad de revalidar materias e ingresé a la Tecnólogica # 4 ( era Vocacional y Pre-Vocacional) que estaba en Ciudad Tlatelolco por la misma calle de la Vocacional # 7 que estaba junto a la Plaza de las Tres Culturas.
Era el año de 1968 y transcurría un primer semestre sin contratiempos pero luego vinieron las represiones del gobierno a las manifestaciones estudiantiles y nos fuimos a Huelga.
Los miembros del El Comité de Lucha de la escuela estaban en mi salón de clases y nos divertiamos vigilando jugando al dominó.
Recuerdo que una noche me quedé dormido en un escritorio de cubierta metálica y al día siguiente me dolía la espalda; así que me fuí a la Casa del Estudiante Sinaloense donde vivía para lavar mi ropa pues estaba sucia.
A los dos dias regresé y me sorprendí al ver el frente de la escuela lleno de hoyos producidos por balas, los vidrios de las puertas quebrados y un amontonamiento de sillas bloqueaban la entrada.
Le hable a * Carmona que era el lider del Comité y me dijo que trataron de joderlos y que lo mejor era permanecer en casa.
Así que a fortiori me tuve que retirar a la Casa y comer de las “viandas” que servian en el comedor.
Yo prefería estar en México que regresarme a El Rosario, Sinaloa pues no tenía que chingados hacer ahí, ni novia, ni trabajo había; valía más la aventura aún cuando la vida estaba en riezgo.
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Estaba tranquilo cuando platicando con el inolvidable Carlos Flores Mariscal,”Calichi”, Sergio Sadoc González y Jose María Aguilar, “Chemita”, me invitaron a hacer guardia en la Escuela Superior de Economíia, ESE, del IPN que estaba en el Casco de Santo Tomás.
El argumento que me convencío fué que la comida estaba mejor que la que daban en la CASA.
Guiados por el “Calichi” el comando de jóvenes rosarenses se presentó a la ESE para incorporarnos como simpatizantes al Comité de Lucha.
Aprendimos a construir Bombas Molotov y pasábamos las noches en un pequeño e improvisado fortín construido alrededor de un viejo tronco de árbol.
Teniamos unas bombas con mecha y otras sin mecha pues las instrucciones que nos daban los camaradas del comité eran en el sentido de que unos arrojáramos bombas sin mecha y otros con mecha encendida para causar "desconcierto" entre las filas de los posibles atacantes ó sea el ejército mexicano ó la policía secreta. Estábamos jóvenes pero dudábamos que eso fuera efectivo y ya habíamos platicado sobre la aplicación del plan C sí nos tocaba un enfrentamiento. El secreto de nuestro plan "C" era correr con toda el alma por delante.
Recuerdo que en nuesto último día fuimos llamados al auditorio de la escuela de Economía para informarnos que el Ejército Mexicano habia atacado la Preparatoria # 1 de la UNAM destruyendo el portón con un bazukazo, hiriendo ó matando algunos jóvenes. Noté que la voz de nuestro interlocutor se quebraba por el miedo, sin embargo ,siendo mas joven no sentía ningún temor sino rabia, ya había tenido más enfrentamientos al peligro matando coralillos y víboras a machetazos en los montes de Sinaloa.
En mi lucha a favor de que no le quitaran más terreno a nuestra querida Escuela Preparatoria del Rosario, fusionada e incorporada a la Universidad de Sinaloa, junto al Beto Zepeda, el Quico Peraza, Nancy Luna, Lucía González y otros nos habíamos enfrentado a la Policía Judicial del Estado que nos apuntaba con sus rifles; sin miedo, los hicimos retroceder pues les llenamos los zapatos de tierra de las zanjas que habian abierto.
Cuando sé es joven y no sé vé un futuro promisorio uno lo arriezga todo.
Nuestro interlocutor de la ESE era Sócrates Amado Campos Lemus de quién decian había tenido contacto con las guerrillas de Guatemala. Pensativos nos dirigimos a nuestro fortín y la plática se centró acerca del hecho de que no podiamos hacerle frente a las fuerzas del gobierno. Armas no teníamos y las molotovs sabíamos que no eran efectivas.
Contra lo que decía la prensa y la televisión vendida como siempre no teníamos ninguna arma con la cual hubíeramos podido enfrentarnos al ejército.
Solamente teníamos el valor del espíritu y la rabia por la burla en que se había convertido la responsabilidad del gobierno en traer el progreso a las familias de las que proveníamos.
Nosotros sufríamos por la falta de recursos y la vida no era color de rosa.
Sí andábamos armados era de gases pedorrísticos generados por la ingesta de frijoles y leche Conasupo en la Casa del Estudiante.
Entre bromas transcurría el tiempo cuando escuchamos a la distancia un ruido parecido al movimiento de un tanque; no hubo más tiempo para pensar pues vimos la silueta de nuestro lider “Calichi” corriendo envuelto en su cobija hacia el campus de la ESCA, con disciplina le pusimos alas a nuestros pies para seguir al jefe y todavía seguiríamos corriendo si no hubieramos visto caer sorpresivamente al lider en el blando césped , como bala nos arrojamos al suelo también, miles de cosas pasaron por nuestra mente en unos cuantos segundos, presas de estupor creíamos que era la primera sangre Rosarense regada en esa lucha pero alguien emitió una sonora carcajada pues se acordó que una cerca de malla ciclónica dividía la ESCA de la ESE.
Nuestro amado lider había cometido un error de cálculo en esta “retirada estratégica”, no sé acordó de la malla y chocó con ella. !Se levantó más humillado que herido!
Luego nos dimos cuenta que el famoso tanque no era más que uno de esos carros revolvedores de concreto.
Repuestos del susto y entre chascarrillos al lider regresamos al fortín y acordamos que al amanecer, cuando hubiera gente caminando por las calles, abandonaríamos la lucha y nos iríamos a nuestros hogares.
Y como pensamos , unos se fueron a sus casas de asistencia y nosotros más pobres a la Casa del Estudiante Sinaloense.
Transcurrieron unos dias de calma relativa en la Casa del Estudiante Sinaloense y el tópico de la huelga era lo que dominaba la atmósfera.
Recuerdo que el 2 de Octubre fuí invitado a comer por el Ing. José Luis “Chelín” López Rabelo y dado que en esos tiempos de estudiambre una comida era muy importante me dirigí a su domicilio. Tomé la calle Ciprés y a continuación la calle con el nombre de ese personaje que pasó a la historia por decir “los valientes no asesinan”. Recuerdo que era el atardecer cuando ví que unos commandos del ejército emergian de la avenida e enfilaban rumbo a la calle Guillermo Prieto.
No recuerdo cuantos eran pues no los conté pero sí llevaban soldados en su interior.
Nunca me cruzó la idea de adonde se dirigian ni que pensaban hacer.
No encontré al Chelín y un poco desconsolado tomé el camino de regreso rumbo a la CES pero a la altura del Cine LUX, ya sobre la calle Ciprés, me detuve y observé que en las carteleras del día había tres películas por tres pesos con Tony Curtis y Ann Margrett, no lo pensé dos veces , compré el boleto, entré y me acomodé en una butaca para una larga faena de películas.
Hambriento pero contento retomé el camino por Ciprés y me dirigí a la CES.
Cruzé Rivera de San Cosme e iba pensando en llegar a la cocina de la CES para aventarme un poderoso plato de frijoles negros y café para dormirme a gusto.
Al cruzar el portón veo a varias personas arremolinadas y platicando angustiadas de la masacre de estudiantes que había sucedido en la plaza de las Tres Culturas en Cd Tlatelolco.
Mi estómago como por arte de magia se olvidó de comer y en ese momento lo más importante era cosechar las noticias frescas del acontecimiento.
El Pompa estuvo ahí – alguien dijo- y varios fuimos a escuchar de viva voz de éste camarada la experiencia pasada esa tarde noche. El muchacho se notaba exaltado e impotente , incluso lloraba, por no poder haber hecho algo para detener esa masacre. Hablaba de fuego cruzado, de jóvenes caidos y de la odisea que pasó para escapar de ese infierno.
Luego se corrió el rumor de que tomarian la casa esa noche y algunos tomaron sus maletas para irse a dormir con compañeros que vivian por la misma colonia de Santa María la Ribera.
Yo no tenía ningún perro que me ladrara, tomé mi maleta y me fuí a dormir con otros compañeros a uno de los cuartos pegados a una vencidad con la intención de que al primer ruido brincar hacia la azotea de ese lugar y tomar las de villadiego.
Esa noche nos la pasamos en vela, con miedo y coraje a la vez.Entre angustias pasamos los dias .
El gobierno nos mandó un aviso pues un carro de granaderos pasó por ahí agrediendo gente y recuerdo que a un empleado de la gasolinera que estaba entre Ciprés y Manuel M.Carpio fué agredido cobardemente por esos genízaros.
A los dias un humo blanco se elevaba del Casco de Santo Tomás donde estaban la ESE, la ESCA y otras escuelas del IPN. Se oían balazos y tropas con traje de camuflaje realizaron esa “heroica operación”.
La situación era peligrosa y oscura para los pocos sinaloenses que quedábamos en la CSE.
Recuerdo que un día el Ing Juan de Dios Bátiz, presidente del patronato, llegó increpándonos para que desistíeramos y nos fueramos a los diferentes pueblos y ciudades de Sinaloa.
Luego llegó el aviso de que el ex-gobernador Leopoldo Sánches Célis nos invitaba a su casa para darnos el pasaje de regreso .
Juntos a otros creyendo ser los primeros enfilamos rumbo a la Colonia Campestre Churubusco en busca del dinero para comprar el boleto.
Una larga fila estaba ahí esperando ya. Sale el gobernador enfundado en una bata y de una caja que su guardaesplada le puso empezó a entregarnos dinero no sin antes explicarnos cuan grave era la situación en México y que debiamos desistirnos pues un golpe militar podía acabar con los largos años de gobiernos civiles.
Este dos de Octubre no celebro por los que estuvimos ahí sino elevo una plegaria por los caidos que no tuvieron la oportunidad de ver derrumbarse las cadenas de opresión de los gobiernos autoritarios del PRI.
Cierto que México ha cambiado pero el rostro de la pobreza sigue siendo el mismo y aún creo que está más extendido.
No se puede eliminar la pobreza con solo anuncios pagados en los medios de comunicación.
La lucha es larga pero no hay que dejar de luchar por la democracia y el progreso que todos queremos.
Hoy, hay un cambio de partido en el poder , el Pan, pero la pobreza y el desempleo siguen tan campantes como siempre. El Pan solo ha sido un buen alumno del PRI en el uso de los mismos trucos para engañar las esperanzas de los mexicanos que aún se alimentan con ellas.
Hoy veo un México con hambre, com miedo, con odio y humillado.
¿Que acaso debemos hacer otra Revolución para limpiar esta gran casa que es México?

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PD: les pido perdón a los compañeros que no mencioné , a otros por la imprecisión en algunas fechas pues ha pasado mucho tiempo desde 1968 y además el padre tiempo y el ALZHEIMER no perdonan.