Protección a la ciudadanía

Del Espejo de mi Ciudad:


Protección a la ciudadanía: una deuda siempre pendiente...

En Sonora hay delitos que no se “reconocen” y son los que las autoridades irresponsablemente atan a los hechos del narcotrafico. “No importa, esos son hechos del narcotráfico”: palabras más, palabras menos, nos sorprende a los sonorenses escuchar este tipo de comentarios por quién por la ley está obligado a velar por la tranquilidad y seguridad de nosotros. La Constitución del Estado es muy clara acerca de las responsabilidades que le incumben y a las cuales juramentó cumplir.
Esos desafortunados comentarios siembran la desconfianza en quienes esperamos ver un gobierno fuerte, capaz y decidido en la lucha contra la abrumadora delicuencia.
Lo más triste es que los gobierno de los municipios , mayormente arrodillados por la política partidaria , siguen esas lineas contraviniendo lo establecido por ley a favor del pueblo.
Gobiernan en beneficio del partido en el poder y no de nosotros los pobres habitantes.
La lucha contra la delicuencia debe hacerse fuerte empezando desde los municipios y coordinada y apoyada por el gobierno del estado.! Sin excepciones!
Dejarle todo el paquete al gobierno federal es no entender nuestro estatus de estado libre y soberano.
Si no somos capaces de enfrentar estos problemas como estado no veo la razón para sentirnos orgullosamente sonorenses. Tenemos que hacer nuestra parte en lo que corresponde a la lucha contra la delicuencia y eso no se ve. Los municipios deben ser el punto de partida de esa acción.
La modernización de los cuerpos de policía para prepararlos en la protección de la sociedad está rezagada.
La corrupción en los diferentes cuerpos policiacos es más transparente que la propia Ley de Transparencia que el mismo gobierno estatal hace más opaca. Hasta los que estamos ciegos lo vemos, pues la corrupción apesta.
La observación de las leyes sigue siendo selectiva y la aplicación de la Justicia esta fuera del alcance del pueblo.!Ley y Justicia para todos es lo que queremos!
Una seguridad de papel es lo que percibimos cuando andamos por la calle realizando las actividades propias para mantener nuestro hogar y nuestros negocios.
La mayoría de los sonorenses no tenemos dinero para pagarnos una escolta , ni somos políticos ni amigos de ellos, ni somos narcos, ni periodistas , ni funcionarios del gobierno pero sí somos quienes más necesitamos de ser protegidos en nuestras vida y bienes. Trabajamos ( y duro) para mantener una clase gobernante que cada vez es más sinverguenza, arrogante e inoperante en la encomienda de gobierno que el voto les ha conferido.
La inseguridad no se resuelve al viejo estilo de la maquinaria propagandística Nazi que decia que una mentira repetida mil veces se convertía en una gran verdad; en el canal de la tv paraestatal me ha tocado ver un programa que está dirigido a demostrar el creciente interés del gobierno en combatir la delicuencia y destacar sus logros; debemos darle al gobierno el beneficio de la duda pero lo dicho en ese programa, más dedicado a hechar incienso a la labor del costoso aparato estatal que “lucha” contra la delicuencia, no corresponde a la realidad de incertidumbre e inseguridad que diariamente vivimos los habitantes del estado.
La realidad hace polvo todas las manipulaciones de los medios de comunicación dedicados a la tergiversación de la verdad.
Que combatan y destruyan la delicuencia es nuestro mejor deseo, pero que no abusen del efecto medíatico pues este ha sido el enervante del que abusan nuestros gobernantes para ocultar los yerros de sus actos.
La creación de leyes más duras para castigar estos delitos no tiene caso si no hay una enérgica y honesta aplicación de las mismas.
Le da a uno indignación que un policía ladino de antaño y hoy “honorable” jefe reciba un reconocimiento con bombos y platillos por sus grandiosos años de servicio a la comunidad , cuando en realidad se la pasa viviendo de la mordida cotidiana . Dificil de entender que esta gente haya cambiado con el paso de los años, máxime cuando ha medrado comodamente bajo la sombra del poder.
La absolución de un jefe de policía que se la pasó casi dos años en la cárcel por sus implicaciones con el narcotráfico no nos deja contentos, levanta más sospechas e ironías, ni se mantiene la confianza en una administración municipal más interesada en la rapiña y que poco hace por la protección de los ciudadanos.
No importa cuanto el gobierno diga , ni los promocionales en la televisión, la delicuencia ha tomado las calles y amenaza la seguridad de los ciudadanos.
Nosotros, el Pueblo, no tenemos ninguna defensa contra la delicuencia que nos roba nuestros escasos bienes y atenta contra nuestra integridad física y moral.
¡Esto es un hecho no una ficción medíatica!
En México el asunto de la seguridad es asunto de todos los mexicanos pero la autoridad encargada de protegernos está reprobada por su ineficiente actividad y por su poco ético comportamiento.
¡Exijimos Hechos no Palabras!
Yo soy un ciudadano libre de Nogales , Sonora, México que vive en la Colonia Granja a quién las cuentas alegres de la autoridad sobre el combate a la delicuencia le suena como un discurso estercolero que ofende su dignidad mientras no se acaben en su calle los robos sistemáticos a sus casas y daños a sus propiedades.
¡Facta non verba!